- Salinas de Marchamalo y las Amoladeras.
- Saladar de Lo Poyo.
- Cabezo del Carmolí.
- Marina del Carmolí.
- Playa de la Hita.
- Salinas y arenales de San Pedro.
El análisis, diagnóstico y propuestas de las unidades de paisaje de entornos naturales no se ha planteado como un estudio tradicional enfocado a la conservación de sus valores al entender que esa materia ya resulta de aplicación para otras figuras legales; el planteamiento, dentro del máximo respecto a sus características, es explorar la posibilidad de su puesta en valor y el aprovechamiento de su potencialidad como atractivo turístico que complemente la oferta casi exclusiva de sol y playa.
De esta forma indirectamente estaríamos potenciando su apego, valoración por parte de la sociedad, gestión y conservación.
El análisis se ha llevado a cabo mediante el estudio de las siguientes variables:
- Análisis de la relevancia paisajística de los valores que han propiciado su protección y en qué medida cada uno influye. A modo de ejemplo uno de los valores de las Salinas de Marchamalo es la conservación del fartet, evidentemente eso no incide en el paisaje; sin embargo la visión de las salinas con su colorido cambiante en función de la fase, la fauna asociada, etc… si tienen una gran potencialidad en lo que al paisaje se refiere.
- Análisis de la accesibilidad y conectividad con núcleos urbanos; necesitamos analizar en cada unidad si en relación con los núcleos urbanos:
- Existe conexión y son accesibles desde el núcleo.
- De qué manera son accesibles actualmente, cómo se encuentra esa conexión.
- En caso de no existir ¿Sería interesante? ¿Viable? ¿De qué manera?
- Análisis de la posibilidad de contemplación y recorrido; comprobando si es posible recorrer estos espacios para contemplar valores específicos o simplemente como un recorrido de paseo en un entorno natural entre dos núcleos; de qué manera es posible actualmente y si sería viable la creación de recorridos o la mejora de los existentes.
Así mismo, en este apartado comprobamos la existencia de posibles puntos de observación o miradores; su existencia implica no sólo la posibilidad de contemplar el espacio natural, también estaríamos creando un nuevo punto de interés, un lugar al que ir paseando o en bici, un nuevo destino en un entorno aburrido por la escasez de polos de atracción.